¿Por qué los hombres se tocan el paquete?


Está claro, una de las preguntas estrella de las mujeres es: ¿Por qué los hombres se tocan tanto el paquete?

La verdad es que los antigüos tartessos ya pusieron de moda esta práctica tan habitual entre los españoles que se ha convertido últimamente en la ‘Marca España’. De hecho, en la ciudad de Camas (como me encanta a mi ese nombre para una ciudad…) se descubrió el Tesoro del Carambolo, y se cree que de ahí sale la expresión ‘tocarse los carambolos’ que después evolucionó a ‘tocarse los cimbreles’ . Se cree que Argantonio, el último rey de los tartessos, se tocaba las partes entre 22 y 30 veces al día y gozaba de buena salud y una vida sexual muy satisfactoria (parece ser que alcanzó los 120 años).

Pero dejando atrás la historia, lo que nos importa no es de donde viene esta práctica sino por qué se ha mantenido intacta durante siglos como una especie de legado sagrado. Investigando por internet y recordando las propias experiencias, puesto que no es lo mismo contarlo que vivirlo, he recopilado las posibles causas de estos tocamientos y rascadas tan mal vistos por la sociedad femenina.

1. Recolocación y acomodación: Algunos hombres, como Argantonio, tenemos el pene muy grande (sí, he dicho tenemos, no te rías), por lo que a veces se vuelve un tanto inestable y debemos recolocarlo y acomodarlo en la diminuta tela que lo cubre (y qué decir si se usa tanga…). Otras veces los hombres creemos que nuestro pene tiene vida propia y que se nos puede ir, así que nos tocamos y comprobamos tranquilos que sigue ahí.

2. Erecciones involuntarias/voluntarias: Nuestro organismo necesita bombear sangre incluso a nuestros rincones más recónditos como el tejido cavernoso del pene, por lo que las erecciones involuntarias son más frecuentes de lo habitual. Durante la noche solemos tener entre 3 y 6 y algunas de media hora… creo que todos/as conocemos la tienda de campaña. Además, también están las erecciones voluntarias, que son esas en las que cuando vemos a una chica muy agradable de ver, nuestros ojos bajan por una fuerza desconocida (una energía cósmica realmente difícil de combatir) hasta su escote o trasero, y ¡kabooom! a recolocarse el paquete de forma que parezca que es un iPhone de los grandes en el bolsillo. Algunos se lo suelen tocar porque da ‘gustirrinín’ y lo aprovechan para relajarse.

3. Mala higiene: Algunos hombres son un poco cochinillos, como diría el padre de Torrente, así que los picores, bacterias, sarnas, piojos, ladillas, monitos y tarzanitos estarán a la orden del día. Y si el hombre no se ha depilado en su vida es muy posible que tenga un ecosistema entero de flora y fauna y especies aún sin identificar, por no contar los enredos constantes que puede haber entre el vello púbico y el prepucio. Lo sé, es un poco asqueroso pero esto es la cruda realidad de la vida.  En otros casos simplemente es picor por el sudor y otros factores menos importantes.

4. Herencia genética: A veces este hábito es generacional, una tradición genética, aunque está visto como una mala costumbre (sobre todo por nuestras parejas), un movimiento reflejo que en algunos casos pueden ser algo parecido a ‘tics’ y en otros porque el abuelo de tu padre se lo tocaba antes que tu padre, y tu padre antes que tú, convirtiéndose en una costumbre familiar que pasó de generación a generación. Así que si te tocas el paquete constantemente sin motivo alguno, seguramente seas descendiente de Argantonio. Y también posiblemente seas bastante cerdo.

5. Demostración de virilidad/inseguridad: El hombre, al igual que las bestias del reino animal, tiende a ser el macho alfa, el dominante. Y por ello esa acción de tocarse el paquete delante de las féminas, algo así como ‘aquí estamos yo y mi p…’ Por otra parte, están los machistas, inseguros de sí mismos, que intentan demostrar a la mujer que lo único que hacen es tocarse los huevos en todos los aspectos. Y al final todo para nada, porque todos sabemos que quien manda en la casa es nuestra señora. Otro tipo de rascada es la del ‘macho del armario’ que no es más que un gay que no ha salido del armario y se caracteriza por tocarse el paquete levantando el dedo meñique cuando está entre varones.

6. Saludo de lenguaje corporal: El rey Argantonio se tocaba el pene como modo de saludo entre sus hombres más leales. Con los hombres pasa algo parecido. Cuando un hombre ve a alguien conocido se toca visiblemente y de manera sutil (pero no viril, ya que esto es una especie de declaración de guerra de machos alfa) la punta del paquete. Si hay respuesta por parte del otro hombre, éste le devolverá el saludo tocándose su paquete y entonces podrán entablar una conversación de hombres. Si llegara otro hombre y quisiera unirse, deberá tocarse el paquete muy brevemente como gesto de querer ingresar al grupo, esperará a que uno de los del grupo le salude rascándose los huevos de lado a lado, y si esto sucede, podrá unirse a la conversación. La rascada de los hombres es entendida como una forma de lenguaje, de entendimiento, para que el  conjunto de varones se sienta cómodo en el grupo. Esto es muy típico entre obreros de la construcción, así que si eres mujer y notas este tipo de gestos… ¡recuerda que son de cortesía!

paquete

21 días debajo de la cama


Hoy os traigo un reportaje de la periodista Samanta Villar (aunque yo la noto un poco cambiada). Como diría la maravillosa voz de Iker Jiménez de «Cuarto Milenio»: Queridos amigos, este es un documento… realmente… estremecedor y ¿por qué no decirl0? bello al mismo tiempo. Y es que a veces no hay palabras suficientes para describir lo que Samanta vivió en ese reportaje, una situación curiosa, cuanto menos… ¿No es así Samanta?

Hoy, en Ensayo sobre la pereza, viviremos 21 días encima de la cama, pero mientras tanto os dejo con este reportaje: ¿Cómo vivir debajo de la cama? ¿Cómo soportar pelotillas y pelusillas de sustancias orgánicas sin identificar, pelos de perro y cómics del Capitán Trueno llenos de polvo? Soy Juan Carlos Pérez, bloguero novato, muy aburrido y con mucho tiempo libre, y hoy viviremos 21 días debajo de la cama.

Foto + Frase = Verdad


No tengo mucho tiempo de escribir últimamente con las reformas que estoy teniendo por casa y obviamente cuando acabo lo primero que hago es pegar un salto NBA a lo Jordan y tirarme en panza en posición ‘saco de papas’ en la cama, sentir los muelles crujir debajo de mi y estirarme y rebozarme en la sábanas como un cochino en un charco de mierda. Así que espero acabar cuanto antes y tener más tiempo para el blog. Mientras tanto, estreno entrada de «Foto + Frase = Verdad» que tan de moda está, con una cita célebre que todos conocéis del gran maestro de la ciencia Galileo Galilei.

Galileo

¡Hoy juega la selección!


¡Hoy nos toca selección! Selección de palomitas, selección de cerveza, selección de cojines cómodos y selección de un buen sitio en el sofá para ver a Spain bien relajaditos. Aunque en realidad ya he pillado sitio desde la Fórmula 1. Bueno vale, he estado también tumbado en la cama viendo las ‘Bodas de Sálvame’… pero eso fue después de la siesta. Bueno ya en serio, no soy tan vago, y no veo Telecinco desde el programa ‘El Informal» con Javier Capitán y Flo, allá por el 98. Y admito que vi ‘Médico de Familia’… pero es que Marcial y Chechu eran lo mejor de la tele… ¿o no? ¡CHECHUUUUUUUUUUUUUU!

Y volviendo al partido, no es que sea muy fanático del fútbol pero unas palomitas y una cerveza te llaman al sofá y a presenciar este espectáculo único de 22 personas en calzoncillos corriendo detrás de una pelota. ¿Acaso no sería más entretenido ver a 22 personas en pelotas corriendo detrás de unos calzoncillos? Me han contado ue hay un AMBIENTAZO y que… ¡podremos ver a Albiol de pie!

SPAIN

Soy funcionario…


Los vagos, como el resto de los mortales necesitamos trabajar para sobrevivir. Es algo que mucha gente no valora, y nuestro esfuerzo está reflejado en la situación de España. España es lo que es gracias en parte a nosotros, una grandísima potencia. Bueno vale, estamos en una mala rachilla… Pero yo aporto mi granito de arena desde una oficina, que es un trabajo durísimo. ¡Y además mi asiento no tiene respaldo acolchado! Y si, ya que te lo preguntas, soy funcionario. Y menos ‘cachondeito’ con nosotros que en nuestro caso tenemos un jefe terrible, nos hace trabajar por 3, suerte que somos 13 en la oficina que sino… Además para economizar trabajo nos hemos colocado en fila, así no nos tenemos que levantar para ir a por folios o hacer fotocopias, hacemos una cadena humana. Y es que hubo una época muy mala en la que los compañeros se levantaban ¡dos veces! a fotocopiar y acababan dándose de baja. Uno 4 meses por una hernia discal, maldita suerte la suya; el otro se torció un tobillo al no medir bien su propio peso al agacharse a coger un folio. Aunque la gente no lo vea es un trabajo duro (y hasta peligroso) como cualquier otro.

Y además que tenemos una vida muy ajetreada, yo personalmente soy de lo que se ponen el despertador 2 horas antes, así en vez de quedarme 5 minutos más, me quedo 2 horas. Después de quitarme el pijama y vestirme (en invierno me lo suelo dejar puesto, así a la noche ya no hay que ponérselo otra vez) salgo al jardín a despejarme y a echarle un ojo a las lechugas de un huertecillo que tengo. Descubrí a 2 caracoles comiéndose las hojas, a uno lo pillé pero el otro… ¡cómo corría el cabrón! Acabé exhausto persiguiéndolo y acabé tomándome un café.Después le eché huevos, dejé el coche en la cochera y me fui a trabajar andando. La oficina está a la vuelta de la esquina a 50 metros.

El otro día me tropecé con un amigo al que no veía durante años y aproveché para charlar con él:

– Hombre Juan Carlos, ¡cuánto tiempo! ¿Cómo te va, a qué te dedicas?
– ¡Antonio! Pues ahí vamos, ahora soy funcionario.
– Buen trabajo… poca faena, buen horario y por las tardes sin trabajar ¿ehhh…?
– No, no, es por la mañana cuando no trabajo, ¡por las tardes es que no voy!

Y nada, seguimos charlando de nuestra vida, “ayyy cabroncete, que me debes 50 euros…”, “con lo feo que eras y que tengas esa mujer…” las típicas charlas de dos buenos amigos. Le conté que había estado 5 años en paro y que no me había buscado trabajo… ¿¡Cómo voy a buscar hombre, para perder la antigüedad!? Que es verdad que nadie se ha muerto por trabajar… ¿pero para qué tentar a la suerte?

Después vi que siendo funcionario tampoco se está tan mal… Con el dinerillo me pude independizar y me compré una tele con mando a distancia, que por entonces usaba el palo de la escoba para cambiar de canal desde el sofá. Pero aún sigo sacándole provecho, ahora lo uso para darle al telefonillo cuando llaman a la puerta.

¡Además que gracias a este dinerillo extra me pude casar con la parienta! Si es que más feliz no puedo ser. Hasta he aprendido a cocinar. Un amigo me pasó una receta riquísima:

Bacalao con patatas y setas
Tiempo depreparación:30 minutos Dificultad: Muy fácil
Ingredientes: 1 mujer, 2 patatas, 2 trozos de bacalao, setas, aceite, ajos, perejil y sal.

Preparación:
Metes a tu mujer en la cocina con el resto de ingredientes y cierras bien la puerta durante media hora, cuando pase este tiempo, abre la cocina y tendrás unas patatas con bacalao y setas ricas, ricas, ricas… para chuparse los dedos.

¡Ya veis que fácil es cocinar!

Y una vez acabada la jornada de trabajo, salimos a las 3, y a las 2:10 ya estamos en nuestra casa, ¡listos para hacernos un rico bacalao! Y por la tarde a descansar, y a acabar de leernos los artículos del MARCA y AS que no nos ha dado tiempo a leer por la mañana. Yo estoy muy contento… me ha cambiado la vida siendo funcionario. Hasta me hice ateo porque no creo que después de la muerte haya una vida mejor.

Y hablando de la vida y la muerte, el día que me entierren, no quiero que me pongan en la lápida: “Aquí, descansa Juan Carlos…”. A mí que me pongan: “Aquí, sigue descansando Juan Carlos…”

funcionario